Jul 22 2016

Fuentes de Lys

Día 1: Viernes 22 de Julio, amanece lloviendo a cantaros, y otra vez se nos trastocan los planes (al menos de momento) traemos mucha información de las diferentes zonas que vamos a visitar pero no tenemos claro que ruta hacer así que preguntamos en recepción del apartahotel y nos dan algunos consejos que al final los seguimos a rajatabla y fue todo un acierto.

Como llovía a mares, decidimos bajar a ver los pueblos de Gressoney-La Trinité y Gressoney-Saint Jean, este último muy bonito y con todas las casas decoradas con flores. Al bajar de altitud en esta zona no llovía y decidimos hacer una mini ruta que nos llevaba hasta el castillo de Saboya, es un paseo de poco más de media hora que nos sirvió para conocer un poco más esta zona y ver el castillo que de lejos impresiona más que de cerca.

Parece que despeja por la zona alta y como en este valle no hay muchas opciones de ocio ni más castillos que visitar decidimos subir hasta Staffal otra vez y hacer la ruta que nos recomendó el recepcionista, Las Fuentes de Lys.

La ruta sale casi casi al lado de nuestro apartamento y está muy bien indicada, en continuo ascenso pero sin ser agotador. Muy poca gente por esta zona que nos permite disfrutar a tope de la naturaleza y es que nos hemos dado cuenta que esta zona es muy tranquila en verano, me gustaría verlo en invierno con el jaleo de la estación de esquí.

Cuando estamos llegando al final de la ruta, unos 2400mt cae la niebla y empieza a llover, nos ponemos ropa de agua y no vemos prácticamente nada. Cuando ya empezamos a bajar, se abre un claro que nos permite admirar el espectáculo del glaciar del Lys. Un lugar increíble, parecía que estabas en la luna, pero la niebla y la lluvia no nos permitió disfrutar todo lo que nos hubiera gustado.

Volvemos por nuestros pasos intercalando chaparrones con claros y calor. Bajamos despacio disfrutando de las vistas, del rio que ahora baja mucho más cargado de agua, de las casas tipo «Heidi» … un lugar precioso.

Una vez en Staffal, compramos pan en la única tienda del «mini pueblo» y nos tomamos una cerveza en el único bar abierto! Es lo que hay, pero hemos venido a esto, a desconectar y a disfrutar de las montañas. Mañana más!